A Lorca

       La actriz Emma Penella, es conocida entre el público de mi generación por ser la señora mayor que le gritaba “váyase señor Cuesta” al presidente en la mítica serie de televisión “Aquí no hay quien viva”, pero para el público de más avanzada edad resultará conocida por otros muchos papeles en varias películas históricas de este país, entre ellas, el papel protagónico de una de las más notables películas de Luis García Berlanga y de nuestro cine, “El Verdugo”. 

         Es hermana de otras dos actrices muy famosas, como Elisa Montés (actriz a la que pudimos ver por ejemplo en otra serie mítica como “Verano Azul”) y también es hermana de la actriz Terele Pávez, muy conocida por haber trabajado en varias películas de Alex de la Iglesia, como “Balada triste de Trompeta”, “Mi gran noche” o “Las Brujas de Zugarramurdi”, por la que le dieron el premio Goya a mejor actriz en 2014. 


         También son nietas del compositor Manuel Penella Moreno, el cual compuso el pasodoble “El Gato Montés”, que seguro habéis escuchado cientos veces a lo largo de vuestra vida. (Buscad en YouTube)

           Muchos os habréis preguntado por el motivo por el cual ninguna de las tres hermanas tiene el mismo apellido. Se podría decir que son nombres artísticos, práctica muy habitual en los trabajadores del sector, pero no, la realidad es otra más oscura y distinta. Los verdaderos apellidos de las tres hermanas son Ruiz Penella, y el propósito de las tres fue tapar el apellido paterno “Ruiz” de su nombre. ¿Queréis saber el lamentable motivo? Lo explico.

            Ramón Ruiz Alonso, padre de estas tres famosas hermanas, fue un político muy activo en el periodo de la Segunda República. Estaba integrado en “Acción Obrerista” un partido adscrito a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), siendo amigo desde la infancia de Gil Robles. En 1936 se produce un levantamiento militar que cambiaría la historia de España y en el que él, (para desgracia del resto de personas de este mundo) tendría un papel protagonista (sirva como guiño a la carrera de sus hijas) en uno de los episodios más oscuros de la Guerra Civil. 


         A Federico García Lorca, le pilló en Madrid el levantamiento militar de 1936, y en contra de lo que sus amigos le recomendaron, viajó hasta Granada en los días posteriores. Una vez conocida su estancia allí, el bando sublevado fue a por él, por lo que se refugió en casa de la familia Rosales, los cuales eran amigos suyos y tenían vínculos con la Falange, creyendo que allí estaría a salvo. Permaneció en el lugar 7 días, hasta que allí se presentó un hombre corpulento, que a las bravas lo arrestó y se lo llevó, entregándolo al Gobierno Civil. Dos días después fusilaron a uno de los mayores genios literarios que ha dado este país y la historia mundial. Este hombre que lo entregó era Ramón Ruiz Alonso, padre de las actrices.


           Una vez conocida la noticia del fusilamiento de Lorca, el escándalo dio la vuelta al mundo. ¿Cómo era posible que se hubiera fusilado a un genio de la literatura universal de esa manera? En los hechos hubo más gente implicada, como el Gobernador Jose Valdés Guzmán y el General Queipo de Llano (recientemente exhumado de la Basílica de la Macarena de Sevilla), pero la mayor responsabilidad recayó sobre el padre estas tres actrices con las que hemos abierto el tema.

           Tras estos lamentables hechos y el escándalo internacional, Ramón Ruiz Alonso cayó en desgracia y fue condenado al ostracismo por los suyos, teniendo que irse de Granada a Madrid, donde vivió medio escondido hasta que en 1975 huyó a Estados Unidos, falleciendo en Las Vegas en 1978. 

            La única que alguna vez se abrió a hablar del tema fue Terele Pávez en una entrevista que le realizó  el gran Jesús Quintero. En la misma, ella reconoce que se cambiaron el apellido por vergüenza, pero que su padre fue un buen hombre que sólo cumplió órdenes. El hispanista británico Ian Gibson, el cual tiene una extensa obra sobre Lorca, lo desmiente, otorgándole al padre un papel mucho más decisivo que el de un simple “mandao”, añadiendo que fue el que realizó la denuncia contra el poeta, el que lo buscó, arrestó y entregó para que lo fusilaran.

         Esta es la increíble historia familiar oculta tras estas tres actrices, las cuales dudo que hubieran podido tener una carrera cinematográfica tan prolífica si el resultado de la guerra hubiera sido diferente (sin ánimo de desmerecer sus indudables habilidades interpretativas). Sea como fuere, el resultado de todo esto fue que perdimos decenas de obras increíbles que nos hubiera entregado Lorca, el cual seguro que además hubiera obtenido el premio Nobel de Literatura. También perdimos la oportunidad de haber conocido su voz, ya que por desgracia no se conserva ningún documento sonoro de la misma. En fin, tendremos que conformarnos con lo que nos dejó, que aún así fue un enorme legado. Si no has leído a Lorca te lo recomiendo. Te dejo uno de mis poemas preferidos, “Si mis manos pudieran deshojar”.

Yo pronuncio tu nombre 
En las noches oscuras 
Cuando vienen los astros 
A beber en la luna 
Y duermen los ramajes 
De las frondas ocultas. 
Y yo me siento hueco 
De pasión y de música. 
Loco reloj que canta 
Muertas horas antiguas. 

Yo pronuncio tu nombre, 
En esta noche oscura, 
Y tu nombre me suena 
Más lejano que nunca. 
Más lejano que todas las estrellas 
Y más doliente que la mansa lluvia. 

¿Te querré como entonces 
Alguna vez? ¿Qué culpa 
Tiene mi corazón? 
Si la niebla se esfuma 
¿Qué otra pasión me espera? 
¿Será tranquila y pura? 
¡¡Si mis dedos pudieran 
Deshojar a la luna!!

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