La caída del imperio español

 ¿Por qué España pasó de ser primera potencia mundial durante siglos a ser un país casi  irrelevante en la escena internacional como es hoy día?

        El imperio español fue un caso sin igual en la historia de la humanidad. Se puede situar su origen en el siglo VIII con el Reino Asturleonés. Desde entonces y durante los siguientes mil años no paró de crecer hasta el siglo XVIII. Digo que fue un Imperio sin igual porque en ninguna parte del mundo ni en ningún momento de la historia se ha dado el hecho de que tras una invasión como la sufrida en la península por los musulmanes, cambiando todos los hábitos, costumbres y religión de sus habitantes, ha pasado que de un reducto al norte del pueblo original, se volviesen a ir conquistando de nuevo territorios hasta la total expulsión de los invasores, volviendo a asentar en esos terrenos a gentes, costumbres, religión y hasta leyes de las que había con anterioridad.

        Este periodo acabó en 1492 y justo a partir de ahí se inició otro periodo que llevaría a su internacionalización, conquistando nuevos territorios alrededor del mundo, convirtiéndose así en el primer (y único) imperio global que ha existido donde, al tener posesiones alrededor del mundo entero, jamás se ponía el sol.

       Así permaneció con pocos cambios hasta el siglo XVIII, más de mil años después del inicio de su expansión. ¿Qué ocurrió a partir de ahí? Podrían citarse dos tipos de hechos, unos ocurridos en el exterior del país y, los más graves, ocurridos en el interior. 

        En el año 1700 fallece el último Austria sin descendencia, Carlos II, heredando su corona tras una serie de disputas, Felipe V de la casa Borbón de Francia. 

Primer Borbón en nuestro país, solo un siglo después se hundió el imperio
    A principios del siglo XIX, Napoleón aprovechándose de la inutilidad del rey Carlos IV y su hijo Fernando VII, invade el país. El pueblo, abandonado por sus reyes, se levanta en armas contra los invasores, propinando la primera derrota del ejército de Napoleón en toda Europa (batalla de Bailén), logrando posteriormente expulsar a los franceses de nuestro país. Para entonces el daño ya estaba hecho y más de medio Imperio perdido (toda América menos Cuba y Puerto Rico).

       Justo en esa época surgió el país que relevaría a España como potencia hegemónica mundial, EEUU. La clave fue que EEUU nació justo con la modernidad, con la revolución industrial, hecho que transformó el mundo a lo que es hoy día y a España le pilló al revés, en pleno ocaso y a contracorriente del resto de países. El mayor desastre fue la vuelta de Fernando VII, el rey traidor, devolviendo el país al absolutismo y al antiguo régimen. Ahí ya empezamos a quedarnos un paso por atrás del resto de potencias europeas.

         Nada más acabar su reinado se produce la primera guerra civil en España entre carlistas e isabelinos. Esta guerra se desarrolla en tres periodos que duran casi 50 años, hasta 1876. Justo al final de este periodo vino la desastrosa primera república. Un siglo tan ruinoso para la historia de nuestro país, no podía despedirse sin más, así que en 1898, tras la guerra de Cuba, se perdieron las últimas posesiones de ultramar, Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Así nos pagó EEUU la ayuda prestada durante su guerra de independencia. Si Bernardo de Gálvez lo hubiera sabido…

          El siglo XIX fue un desastre, pero el XX casi le empata. En la primera mitad del siglo, desde 1923 hasta 1930, vivimos la primera dictadura, la de Primo de Rivera. Una vez acabada se declara la Segunda República, donde las izquierdas libraron una batalla entre sí y la derecha a su vez contra todas las izquierdas y la república. La seguridad en el país, como el mismo Manuel Azaña reconoció, se les fue de las manos, con manifestaciones constantes de los sindicatos anarquistas contra el gobierno en las que no faltaban muertos a tiros, de luchas entre señoritos y campesinos por la reforma agraria, con asesinatos de curas y monjas y quemas de iglesias por todo el país y para remate, Sanjurjo conspira con más generales y rebelan al ejército contra el Gobierno republicano de la nación, iniciándose la segunda guerra civil.

      Hay una diferencia importante entre la primera guerra civil (guerras carlistas) y la segunda guerra civil. En la primera, las batallas se llevaban a cabo entre ejércitos, rara vez morían civiles o atacaban ciudades. En cambio la segunda guerra civil fue más una guerra de odio, donde se asesinaban a diario a civiles de ideologías contrarias en cada bando y donde las bombas arrasaban ciudades enteras matando a mujeres, hombres y niños. Una auténtica barbarie que dejó al país totalmente arruinado. 

      Apuntaba Chaves Nogales ya en 1937, que fuera quien fuera quien ganara la guerra, el país ya estaba condenado. El dictador que gobernaría el país una vez acabada la contienda saldría de un bando o de otro, pero el país ya estaba en la ruina. Y así fue. Ganó el bando militar y Franco fue el dictador durante los siguientes 40 años. Con el país en ruinas y las arcas del estado vacías, ya que el gobierno republicano entregó el 75% de las reservas de oro a los rusos a cambio de armamento ruinoso (teníamos la 4ª mayor reserva de oro del mundo) el franquismo fue una de las épocas en que más hambre pasó el país.

     A modo de resumen de todo lo visto, en solo dos siglos sufrimos una invasion extranjera, perdimos el 80% del territorio, sufrimos dos guerras civiles, tuvimos dos repúblicas fallidas y 40 años de dictadura. Lo que es un milagro que todavía un país se recupere de algo así y España lo consiguió.

      En la década de 1980 se abrió una nueva época con la entrada de España en la Unión Europea. Un gran crecimiento sobrevino en el país, volviendo a recuperar hegemonía y poder mundial a principios de los años 2000. Llegamos a situarnos como 8ª potencia mundial y el PIB per capita nos igualaba a otros países ricos del entorno, pero desde 2008 con la crisis financiera no hemos hecho más que caer y todas las previsiones apuntan a que lo seguiremos haciendo. 

El peligro del futuro, el NACIONALISMO


     No hace falta ser un iluminado para ver que el futuro del país apunta muy negro, ¿el motivo? El auge del nacionalismo periférico. Es el mayor reto al que se enfrentará España y su mayor peligro de autodestrucción. Hay quien afirma que el proceso de descomposición de lo que fue el Imperio no acabó con Cuba, Puerto Rico y Filipinas, y que España se seguirá desintegrando. Desde luego, viendo el auge que está teniendo este nacionalismo en distintas regiones y que en vez de combatirlo activamente, ahora incluso se les hace socios del gobierno de la nación y se le otorgan concesiones por doquier para seguir manteniéndose en el poder, pocas esperanzas se pueden tener. Se habla de hacer un cordón sanitario a algún partido de carácter nacionalista español, pero ¿por qué nadie habla de hacer ese mismo cordón a estos partidos separatistas? La respuesta es obvia, porque les valen para mantenerse en el gobierno. Este país está condenado a desaparecer.

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