SEVILLA

   Es motivo de orgullo para todos los sevillanos que nuestra ciudad siempre acabe incluida en los catálogos de ciudades más bonitas de España, de Europa o del mundo. Partiendo de su historia milenaria, con momentos pasados llenos de esplendor en los que llegó a ser una especie de capital mundial durante los siglos XVI y XVII, no es de extrañar la cantidad de edificios históricos y restos arqueológicos que en ella podemos encontrar, no obstante, el casco histórico de Sevilla es el más grande de todas las ciudades de España y unos de los más grandes de Europa con casi 4 kilómetros cuadrados de extensión. 

 También cabe mencionar la cantidad de estilos arquitectónicos diferentes que se pueden encontrar en la ciudad, debido a la pluralidad de culturas que han ido pasando por estas tierras a lo largo de la historia, encontrando prueba de ello en los Reales Alcázares o en la Catedral, donde podemos realizar un recorrido por la historia de la arquitectura de casi mil años desde el estilo árabe, hasta el barroco, pasando por el gótico y el renacimiento y enlazando elementos culturales de la religión judía, musulmana o cristiana.  

  Pero en esta entrada me quiero centrar en otra época y en otros monumentos menos conocidos, que se encuentran en lugares por los que hemos pasado cientos de veces, los cuales incluso habremos podido parar a admirar alguna vez pero de los que no tenemos más conocimientos de ellos que lo que viene siendo su fachada. 

   De sobra conocemos a los grandes nombres de las artes que han nacido en Sevilla como Velázquez, Antonio Machado o Gustavo Adolfo Bécquer pero son menos conocidos otros artistas que nos dejaron, con su bella arquitectura, la ciudad que todos conocemos hoy día. Y es que hubo una generación de arquitectos sevillanos nacidos a finales del siglo XIX, que en mi opinión su arte es comparable al de la generación del 27 en literatura, solo que ellos lo plasmaban sobre edificios. Impresiona una generación así de arquitectos nacidos en el mismo lugar y en la misma época, que por suerte tuvimos la fortuna de tener en Sevilla donde dejaron la mayor parte de su obra.

   Dice Fulcanelli en El Misterio de las Catedrales que las mismas te están hablando desde el momento que entras en alguna en ellas y que la expresión “arte gótico” proviene del latín “argot” que significa forma de hablar de un determinado grupo social o profesional. Y es que la arquitectura es otra forma de expresión a través de la cual el autor de la obra se expresa y trata de que, al observarla, se comunique con nosotros y con el entorno. Por eso estos edificios de los que hablo a continuación, no es que estén ubicados en Sevilla, sino que ellos son Sevilla y nos hablan de su idiosincrasia, de su arte y de su cultura.

   Todos estos edificios los podéis encontrar en el centro de la ciudad. Estos son los artistas y este es su legado:


Aníbal González (Sevilla, 1976-1929)

   El más conocido entre los sevillanos y fuera de la ciudad, probablemente por la grandiosidad de su obra. Fue el arquitecto director de la Exposición Iberoamericana que se celebró en Sevilla en 1929. Murió en la pobreza, lo que contrasta con el rico patrimonio que dejó para la eternidad. Sus monumentos más destacados son la Plaza de España, el Pabellón Mudéjar, el Museo Arqueológico de Sevilla (situados en el Parque de María Luisa los tres) y el Edificio Manuel Nogueira (en la Campana). (Fotografías ordenadas por ese orden).







José Espiau (Sevilla, 1879-1938)

   Arquitecto modernista en sus inicios, pronto cambió al estilo regionalista en el cual desarrolló el resto de su obra y fue uno de los representantes más destacados. Lo más reseñable de su obra son el Hotel Alfonso XIII (calle San Fernando), el edificio de La Adriática (Avda. Constitución), el edificio Pedro Roldán (plaza Jesús de la Pasión)  y el edificio Ciudad de Londres (calle Cuna). (Fotografías ordenadas en ese orden).







Juan Talavera y Heredia (Sevilla, 1880-1960)

   Al igual que Espiau, comenzó su carrera en el modernismo para poco después instalarse en un regionalismo con influencias barrocas y de la arquitectura rural andaluza. Es hijo de Juan Talavera y De la Vega, arquitecto que dejó otra joya para el patrimonio de la ciudad, el edificio conocido como Costurero de la Reina. Su obra más reconocida es el Edificio de la Telefónica junto al ayuntamiento, en el cual podemos observar la indudable influencia de la Giralda. También, en la calle Almansa, encontramos la Casa de viviendas de Anastasio Martín Serrano, obra de Juan de Heredia realizada en 1925. Otra popular obra suya son las casas unifamiliares ubicadas en la barriada de Heliópolis.




Hermanos Gómez Millán

   Eran los tres hermanos sevillanos Antonio, José y Aurelio, hijos del también arquitecto sevillano José Gómez Otero. Dejaron un legado de decenas de obras en la ciudad de diferentes estilos, predominando el regionalismo entre ellas. El Teatro Coliseo España situado en la Avda. de la Constitución es su obra más ilustre.



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