Hispanofobia. Parte II

   Llegamos a la 2ª República y se vuelve a abrir un nuevo ciclo democrático en España (otro más). Todos los anteriores han acabado en desastre y éste no iba a ser menos. Tenemos a todas las mentes ilustradas del país buscando el motivo por el que el resto de países del continente van hacia arriba y España supuestamente hacia abajo. Y digo supuestamente porque incomprensiblemente todos los autores pasan por alto que España había conseguido salir de una crisis brutal, con una deuda pública del 125% del PIB, rebajándola a casi la mitad, causada por la imposición de EEUU de acarrearnos los costes de la guerra de Cuba que ellos mismos provocaron (sí, así nos devolvieron nuestro apoyo en su guerra de la independencia sin el cual jamás lo hubieran conseguido). También se suprime de manera dolorosa que España (y me refiero al pueblo español) consiguió vencer por primera vez en toda Europa al todopoderoso ejército de Napoleón, haciéndole retroceder hasta echarlos del país y siendo el origen de la caída de su Imperio como bien reconocería el propio Napoleón en su exilio en la isla de Santa Elena. No se entiende cómo  pudieron obviar hechos así y sumir a base de libros y más libros a la población en la creencia de que somos un pueblo atrasado y decadente.


   Nuestras mentes pensantes de la época absorben la depresión colectiva de la Generación del 98 y se esfuerzan en buscar motivos absurdos para explicar la razón de la supuesta decadencia que vivimos. Algunos se van incluso a buscar culpables a los genes de los Godos como ya he contado el caso de Ortega y Gasset. Otros como Ramiro de Maetzu se desviven aireando que España debe plagiar el modelo de la pujante Alemania para salir de este atraso. Maetzu murió en 1936, no pudo ver cómo asesinó su pujante Alemania a 7 millones de personas (a poco acabamos nosotros también gaseando judios). Esto nos lo podríamos aplicar hoy día, con la idealización que tenemos de todo lo que proviene de Alemania, como si fueran unos seres superiores. Que a nadie se le olvide que, a parte del genocidio judío que llevaron a cabo, los alemanes provocaron dos guerras mundiales que arrasaron todo el continente dos veces en el mismo siglo XX. Jamás verás a un alemán quemando banderas alemanas por ello o manifestando que son un pueblo genocida por eso. En cambio aquí sí lo oyes, ¿cuántas veces has oído decir que cometimos un genocidio en América? Esto es totalmente falso (y en otra entrada lo demostraré) pero así nos lo han hecho aprender desde siempre y ese es nuestro verdadero problema.

   En 1936 se lleva a cabo un golpe de Estado planeado por varios altos cargos militares con Sanjurjo a la cabeza, el cual se erigía para gobernar el país una vez acabara la Guerra Civil en España. No fue posible debido a su prematuro fallecimiento en un accidente de avión en extrañas circunstancias, tomando finalmente el poder un joven general que fue cogiendo fama según avanzaba por el frente desde el sur ganando batallas. Así es como se inicia el franquismo y el origen de la segunda ola de antiespañolismo que azota al país, como veremos a continuación.

   Avanzamos hacia el periodo de la posguerra. Tenemos al país lleno de dramas familiares, hambrunas generalizadas, pobreza por todas partes y un nuevo régimen dictatorial que debe sacar a España de este colapso. Quizás hubiera sido un buen momento para romper con la historia de país fracasado y recordar los grandes logros y las proezas que este pueblo ha conseguido e intentar así levantar el ánimo de un pueblo que lo necesita. Pues no, a Franco no le interesa contar lo gloriosa que era España antes de llegar él, si no ¿qué sentido tiene su golpe de estado si el país estaba tan bien? A él lo que le interesa es vender la historia del desastre de país que existía antes de su llegada y situarse él como salvador de la patria.

   El franquismo duró 40 años y estuvo marcado por un régimen autoritario en el cual la simbología tuvo un papel fundamental. Inspirado en el uso que hicieron los Nazis de los símbolos (los cuales, por ejemplo, se apropiaron de la esvástica, un símbolo de 7000 años de antigüedad) el franquismo comenzó a buscar los suyos propios en la historia de España, retomando algunos de los Reyes Católicos (como el Águila de San Juan o las 5 flechas y el yugo) y reinstaurando los colores originales de la bandera española desde 1785 en detrimento de la tricolor de la Segunda República. Inundó todo de un ultranacionalismo español que llenó de cada uno de estos símbolos, con una exaltación hasta el extremo de todos ellos. Bandera, himno, simbología y eslóganes de carácter militar como “¡Una, grande y libre!” o “¡arriba España!” se repetían sin cesar (no olvidemos que estuvo gobernada 40 años por militares).

   Así llegamos en 1978 a la Transición y de vuelta a la democracia. Como era de prever, en la Transición, el patriotismo tenía muy mala prensa debido a la apropiación injustificable que el franquismo hizo de la idea de patria. El patriotismo hoy día en España se asemeja a nacionalismo español, por lo tanto no se acepta. Lo que es curioso entre las personas que no son capaces de aceptar un patriotismo español es que luego sí aceptan el patriotismo nacionalista en las diferentes regiones donde existe sentimiento independentista. No se entiende la connivencia y simpatía con estos grupos nacionalistas que abiertamente declaran que su objetivo es la balcanización de España, o en otras palabras, la división del país en territorios menores, lo que equivaldría de facto a su destrucción. 

   Y aquí es donde llegamos al punto crucial de este artículo que he dividido en dos partes. Es aquí donde hallo la unión entre las dos clases de sentimientos antiespañolistas que citaba con anterioridad, el antiespañolismo de las regiones periféricas separatistas y el antiespañolismo de personas, que se suponen tienen una ideología totalmente contraria al nacionalismo, pero que por el contrario, este sentimiento antiespañol hace que se unan y favorezcan indirectamente su causa. Es un tema muy peligroso. Vivo en España y es el país que les voy a dejar a mis hijos. Necesito que sea un país estable y habitable, por el bien mío y de todos los que estáis leyendo. Todos conocemos y tenemos amigos y familiares que repudian la bandera, el himno o que les causa simpatía cuando ve a un nacionalista quemando algún símbolo patrio. Estos no son símbolos franquistas. La bandera que tenemos, ya era nuestra bandera 150 años antes de que nadie supiera quién era Franco. No confundid patriotismo español con el nacionalismo rancio de la dictadura. España es el país en el que vivimos, para bien o para mal, y estamos viviendo una crisis de identidad que puede ser más letal que la económica o la sanitaria que estamos pasando. 

    España hoy día es un estado débil, con cada crisis siempre acabamos siendo de los peores parados de Europa. El nacionalismo separatista racista lo sabe y por eso ahora está atacando más que nunca, quieren aprovechar el debilitamiento del país, como en su día hicieron los “libertadores” de América que acabaron con nuestro Imperio aprovechando el debilitamiento provocado por la invasión napoleónica. Estemos más a la izquierda o más a la derecha, el patriotismo debería ser común como ocurre en todos los demás países de nuestro entorno. Es totalmente posible que vivamos la desaparición de España tal y como la conocimos al nacer. Y esto créanme, sería devastador para todos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Morón. Historia e ilustres

Orwell desmontó a Podemos en 1945

El camino de la izquierda